Sobre las redes sociales, Netflix y demás… y también sobre el aburrimiento
Sobre las redes sociales, Netflix y demás… y también sobre el aburrimiento
Desde un punto de vista de eficiencia energética,
las distracciones no tienen sentido
cuando podemos, en cambio, sacarle partido
a la inspiración.
Lo pongo de otra forma, en el caso que aún te animes a defender las distracciones:
¿Por qué consumirías más energías de tu cuerpo con la excusa de darle un descanso, de darle un break?
Si ese es el caso, ¿por qué no realmente descansas? ¿por qué no duermes?
Y si te dices que prefieres distraerte porque al menos aprendes algo, te invito a la siguiente reflexión:
Después de una hora en las redes sociales, o viendo series, o cualquier otra distracción
¿Qué has aprendido?
Porque, con 99.9% de seguridad, tú, lector,
fuiste a un colegio donde estabas, seis u ocho horas al día, “aprendiendo”
y bien me podrías responder: ¿Aprendiste todo lo que te enseñaron?
¿Cuánto realmente aprendiste?
¿Cuánto de aquello que aprendiste en el colegio lo pones en acción, hoy, en tu día a día?
Permítanme ser osado un minuto:
Pienso que, si tus respuestas a estas preguntas fueron de carácter positivo,
lo que viene a continuación te hará sentido.
Y, en su defecto, si tus respuestas fueron que aprendiste y usas muy poco,
también creo, que lo que viene, cambiará tu foco.
Qué pasaría si ponemos la atención en la inspiración, con la siguiente reflexión:
Después de una hora en las redes sociales, Netflix y demás
¿Cuánto te inspiraste?
¿Cuánta energía invertida en consumir información transformaste en inspiración?
¿Cuánta energía transformaste en propósito y sentido, más allá del almacenamiento de información y datos divertidos?
Es por eso, que la próxima que vez que termines de navegar en internet,
cuando termines de ver Instgram, cuando termines de ver una serie,
y en especial, cuando termines de hacer cualquiera cosa que comenzó inconscientemente como una distracción,
te invito a preguntarte:
¿Me siento mejor?
Porque si la respuesta es sí, podrías a continuación intentar identificar: ¿Qué me inspiró? ¡Y sería muy valioso!
Ya que si alguna vez te has sentido inspirado, ¿has acaso notado el sentimiento de bienestar que conlleva la inspiración?
Si, ¿cierto?
Hasta este punto no sé si te habrás preguntado
por qué incluí al aburrimiento en el encabezado
a ese amigo que tenemos tan abandonado
como si su aporte en la actualidad hubiese terminado.
¿Estarías de acuerdo conmigo que estar aburrido es sentirse raro, incómodo o vacío?
Pues pienso que, el aburrimiento, si fuésemos capaces de escucharlo, nos estaría diciendo:
“ESTO NO ME INSPIRA”.
Así que, si esa próxima vez, luego de tu navegación por las redes (o incluso después del trabajo si tienes)
si tu respuesta es “no me siento mejor”, o te sientes raro, incómodo, o en la falta de algo
podría ser simplemente que a tu inversión de energía le haya faltado una retribución positiva.
Para cerrar, quisiera aclarar que “anti redes sociales” no es mi posición.
Porque sé que muchas veces son perfecto alimento para la inspiración.
Y también, que no busco decirte qué hacer con tu energía;
más una invitación, a reflexionar y que tengas un buen día.
Desde un punto de vista de eficiencia energética,
las distracciones no tienen sentido
cuando podemos, en cambio, sacarle partido
a la inspiración.